Es sabido que los antiguos aztecas partieron de Aztlán con rumbo incierto hacia un lugar más próspero y benigno, para lo cual, confiando en los vaticinios de Huitzilopochtli, hallarían este lugar allí donde un águila devorase una serpiente…tan profundo llegaron las raíces de aquel signo que actualmente esta imagen nos representa a gran escala, para muestra de ello basta echar un vistazo a nuestro lábaro patrio. ¿Qué extraña fascinación me asalta sobre esta imagen? México es un país rico en muchos sentidos sólo que muchos mexicanos todavía no terminamos de convencernos. La grandeza del país ha sido la manzana de la discordia desde tiempos inmemorables, desde las primeras tribus indígenas, hasta Obama y compañía: los yacimientos de petróleo, la gran biodiversidad del país, la posición geográfica, la riqueza cultural, la mano de obra barata, etc. son solo algunas razones para que México se encuentre en la mira de muchos países poderosos…Los poderosos, curiosa semejanza entre el águila y los poderosos, a simple vista no podríamos extrañarnos de que un águila aceche a una serpiente, es ‘natural’, como también es natural que los fuertes dominen a los débiles, de ahí que la cadena alimenticia de los poderosos se sirva del buffet de los indefensos. Alguna vez, en algún libro que seguramente era de Shakespeare, un niño preguntaba a un mayor cómo funcionaba el mundo, a lo que el adulto respondió: ‘de la misma forma que en el mar: los peces grandes se comen a los pequeños’ y en efecto, así funcionan muchas cosas en el mundo y tristemente México no es la excepción. El individuo que se queda sin trabajo, sin servicios básicos indispensables, sin una oportunidad de vivir dignamente, no tiene a quién reclamarle su mala estrella mas que así mismo. Ante las quejas, los de ‘arriba’ tienen algunas opciones: mentir, delirium tremens, ceguera, o lo más lógico y ‘natural’…devorar.
El día que realmente las cosas comiencen a cambiar en el país deberíamos comenzar por la imagen que tenemos ante el mundo, mostrar que la cadena alimenticia puede cambiar y que los devorados podemos devorar también si nos los proponemos, alterar el orden normal que nos han impuesto desde la interminable conquista de nuestro país…ese día, la serpiente devorará al águila, le saldrán plumas y emprenderá el vuelo hacia otro porvenir. El día que la serpiente se vuelva ‘emplumada’ será porque ha podido librarse de sus perseguidores naturales para construir y redireccionar su historia hacia otros lugares…más prósperos y benignos para todos.
Alvep Aldamadono
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