Desde que era pequeño recuerdo con especial alegría aquellos domingos en que por ocupaciones de mis padres era recibido en casa de Tía Eva. Aquellos días me gustaban porque disfrutaba con mis primos de un exquisito chocolate caliente, pero también de un personaje que desde ese entonces he admirado ¿no adivinan? Charlie Chaplin.
Ya con unos años encima tuve varias veces contacto con las obras de este pequeño gran inglés: organizando ciclos de cine, apoyándome en sus películas para las clases de inglés, para quedar bien con los amigos, etc. Sin embargo, con esto de las Meditaciones Silenaicas y con los enfrentamientos que ociosamente figuré en alguna categoría del blog, me he dado cuenta de que entre el cómico inglés y el cómico mexicano Mario Moreno ‘Cantinflas’ hay una relación dialéctica que valdría la pena examinar.
Si bien la carrera de Chaplin comenzó mucho antes que la de Cantinflas (ya que el inglés nació en 1889 y el mexicano en 1911) aquel no tuvo reparo en afirmar que Cantinflas ‘fue el mejor comediante del mundo.’ Pero más allá de los elogios que mutuamente pudieran expresarse, la cuestión ‘dialéctica’ entre ambos se centra, según creo, en la gran maestría que Chaplin utilizaba para decirnos infinidad de cosas sin decir nada, en tanto que Cantinflas, valiéndose de mil palabras, acertaba a no decir nada.
Uno con el silencio, otro con las palabras, tesis y antítesis del humor blanco… mientras algunos han hecho experimentos para demostrar que el humor de Chaplin es universal, es decir que puede ser entendido por cualquier persona no importando su condición social, su herencia cultural, idioma, raza, en suma su weltanschauung, otros sostienen que la forma en que Cantinflas emplea su lenguaje se resiste a cualquier intento de extrapolación a otros idiomas, incluso para los mismos hispanoparlantes, es difícil entender el discurso cantinflesco fuera del contexto local – mexicano.
Como sea, me pregunto – si es que Hegel tiene razón - qué tipo de personaje pudiera resultar de la síntesis de estos dos grandes del cine.
Si lo saben, díganme.
2 comentarios:
Estimado Pável:
Que Canti acertaba a no decir nada valiéndose de mil palabras es algo que no te concedo.
"El juego de palabras es un mecanismo maravilloso porque en una misma frase exaltamos los poderes de significación del lenguaje sólo para, un instante después, abolirlos más completamente".
No, no considero que eso sea decir nada. Antes creo que dijo algo y por lo que dijo y como lo dijo es que ahora lo rememoramos.
Por cierto, espero emocionada el 12 de agosto de 2011 para ver la película de Gómez Monteverde. Ojalá...
¿Y para qué queremos una síntesis?
Claro, te doy toda la razón.... sin embargo me parece que cuando Canti se lo proponía podía confundir a tal grado a sus interlocutores que aquellos hubieran preferido no preguntar nada. Ciertamente también hubo muchas ocasiones en que Cantinflas decía cosas interesantes, sólo que de manera 'algo imprecisa' -como Peña me escribía al margen de mis exámenes- y si, creo que al final todos recordamos a Canti no por no decir nada, sino por decir lo que decía, de la forma en que lo decía...
Aqui te dejo un link que ilustra mejor aquello que quise decir en un principio. Saludos.
http://www.youtube.com/watch?v=EPelwndCk7Y
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